En la Facultad de Educación las prácticas pedagógicas tienen una estructura dinámica, formativa, reflexiva a partir del enfoque problematizador. Desde este enfoque, el maestro en formación asume una perspectiva crítica en relación con su contexto y los componentes didácticos – reflexivos, los cuales abarcan las funciones sustantivas de: docencia, investigación y proyección social, que se dan en el diálogo con la propuesta curricular  de cada uno de los programas de pregrado. Estos componentes didácticos -reflexivos tienen como finalidad formar sujetos activos, autónomos, críticos, creativos, capaces de convivir democráticamente y de comprender el mundo circundante. Tanto docentes como estudiantes son protagonistas de los procesos de enseñanza y aprendizaje, en donde se articulan los contenidos con sus intereses y su realidad.

A partir de lo anterior, las prácticas preparan al estudiante para el ejercicio docente, ejercicio que contextualiza y redimensiona la teoría a partir de la práctica, fundamenta el ejercicio del proceso formativo del docente en los requerimientos sociales, culturales y pedagógicos, en una comunidad concreta, ya sea a nivel educativo o social. 

Siendo la modalidad abierta y a distancia de la Facultad de Educación, el ejercicio docente gira en torno a problemas propios de cada región, donde se hace presencia a través de los Centros de Atención Universitaria, en los aspectos, social, político, económico, cultural y religioso.  La selección que hacen los estudiantes por la modalidad abierta y a distancia responde a los diferentes escenarios: lugares de viviendas y trabajo distantes, horarios, costos asequibles, flexibles a sus condiciones de pago; por su parte, la metodología de aprendizaje facilita que el estudiante pueda formarse y proyectarse hacia una carrera profesional simultáneamente a su trabajo.

Tomado de “Lineamientos de práctica pedagógica de la Facultad de Educación de la VUAD, 2002